Lola Montez, en su libro"El Arte de la Belleza, o los secretos del toilet femenino", de 1858, desaconsejaba el uso del "velo blanco" (Vaselina) y recomendaba: "Está en la decisión de cada mujer tener pestañas largas y fuertes simplemente cortando, con tijeras, las puntas, una vez cada cinco o seis semanas".
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En la época del Romanticismo y durante la Era Victoriana (1837-1901), se volvió muy popular el uso de cosméticos femeninos. El siglo XVIII, con sus lujosos adornos y su esplendoroso glamour, había quedado atrás. Al comenzar la década de 1840, las mujeres comenzaron a oscurecer sus cejas y pestañas y a usar más cosméticos. Todavía usaban viejos métodos, como cenizas, o el hollín de las lámparas mezclado con jugo de bayas.
EUGÈNE RIMMEL Y LA INVENCIÓN DE LA MÁSCARA
Un perfumista francés se mudó a Londres en 1830 y abrió su propio negocio, The House of Rimmel, con su hijo Eugène Rimmel, in 1834, en Albemarle Street. Eugène Rimmel fue el más destacado perfumista del siglo 19, y atendió personalmente a la reina Victoria. Sus perfumes se vendían en botellas de cristal de Baccarat. En la Exhibición Universal del Crystal Palace en Hyde Park, en Londres, en 1851, diseñó una fuente de perfumes, decorando el Pabellón de entrada.